Semana 2: Altruismo en la Planificación Patrimonial | Serie La Herencia Perdida

En la Semana 2 de la serie La Herencia Perdida, exploramos el concepto de altruismo en la planificación patrimonial. Únete a nosotros mientras discutimos cómo los principios bíblicos nos guían a usar nuestros recursos no solo para nuestro beneficio, sino para bendecir a otros y dejar un legado duradero. Descubre cómo alinear tus decisiones financieras con tu fe y crear un impacto que perdure a lo largo del tiempo.

Disclaimer: La traducción de este episodio fue proporcionada por el servicio de subtítulos en el video.

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Hermanos y hermanas, hoy vamos a profundizar en el concepto poderoso del altruismo, una preocupación desinteresada por el bienestar de los demás. Nuestra fe nos llama a reflejar el amor y la generosidad de Cristo, no solo en cómo vivimos, sino también en cómo planeamos lo que dejamos atrás. Mientras exploramos el altruismo en la planificación patrimonial, veremos cómo la Biblia nos guía para usar nuestros recursos para bendecir a los demás, incluso después de que nos hayamos ido. Vamos a leer en Mateo 6, 19 a 21, donde Jesucristo nos dice, Cuando Jesús nos enseña, no os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan, sino hacéos tesoros en el cielo, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Estas palabras nos recuerdan que la verdadera riqueza no se encuentra en las posesiones terrenales, sino en cómo usamos esas posesiones para avanzar el reino de Dios. El altruismo en la planificación patrimonial significa que somos intencionales sobre adónde van nuestros recursos, asegurándonos de que sirvan a propósitos eternos y no solo a ganancias temporales. Ahora, consideremos la parábola del buen samaritano en Lucas 10. Aquí vemos un ejemplo poderoso de altruismo. Un hombre es golpeado y dejado por muerto, y mientras otros pasan de largo, un samaritano se detiene, cuida de él y asegura su cuidado continuo a su propio costo. Esto no fue solo un acto de bondad, fue un acto de altruismo, poniendo desinteresadamente las necesidades de otro por encima de las suyas. El altruismo en la planificación patrimonial significa que somos intencionales sobre adónde van nuestros recursos, asegurando que nuestros recursos sigan bendiciendo a otros mucho después de que nos hayamos ido. Ya sea a través de donaciones caritativas, apoyando ministerios o cuidando a los necesitados, nuestra planificación debe reflejar el desinterés que Cristo nos llama a encarnar. Entonces,¿cómo ponemos esto en práctica? Primero, consideremos la historia de José en Génesis 41. Durante los siete años de abundancia, José guardó sabiamente el grano para la hambruna que vendría. Esta previsión salvó a naciones. De manera similar, debemos planear nuestras propiedades con sabiduría, reservando recursos que apoyarán a otras naciones. Segundo, reflexionemos sobre la iglesia primitiva en Hechos 4, versículos 32 al 35. Los creyentes vendieron sus posesiones y compartieron las ganancias, asegurándose de que nadie entre ellos tuviera necesidad. Esto nos enseña el valor del apoyo comunitario. Considera cómo tu patrimonio puede proveer para otros. Quizás, a través de dotaciones o fideicomisos que apoyen causas cercanas a tu corazón. Finalmente, consideremos a la viuda en Marcos 12, versículos 41 al 44, quien dio todo lo que tenía. Su generosidad es un testimonio del altruismo impulsado por la fe. Incluso en nuestra planificación, ya sea grande o pequeña, nuestros corazones, deben estar enfocados en dar de una manera que refleje el amor de Cristo. En conclusión, les insto a reflexionar sobre cómo pueden incorporar el altruismo en su planificación patrimonial. Recuerden al buen samaritano, la sabiduría de José, la generosidad de la iglesia primitiva, y la entrega desinteresada de la viuda. Comprometámonos a dejar un legado que no sólo refleje nuestra fe, sino que continúe bendiciendo a otros mucho después de que nos hayamos ido. Oremos por la guía de Dios mientras planeamos con la eternidad en mente. Amén.